<<La Atenas del siglo V ofrece así
el primer ejemplo adecuadamente documentado de un cabal gobierno
popular. Tal carácter, sin embargo, no debe ser exagerado. En primer
lugar las mujeres no tenían sitio en la vida pública. Las esposas de los
ciudadanos estaban casi tan completamente recluidas como las mujeres de
los países musulmanes en la actualidad, y desde el punto de vista
jurídico se hallaban en peor situación que sus hermanas asirias y
babilonias. En segundo lugar, la ciudadanía era ahora un privilegio
hereditario del cual estaban riguramente excluidos los extranjeros
residentes [metecos]. [...] Finalmente la industria se basaba en la
esclavitud; hasta el pequeño campesino poseía por lo general uno o dos
esclavos, y la mayoría de los empleados de las minas y fábricas y aún
los policías eran esclavos. Si bien los ciudadanos laboraban en sus
granjas, practicaban oficios, tomaban pequeños contratos de obras
públicas, trabajaban como asalariados de sus conciudadanos y también en
las minas, se procuraban ratos de ocio destinados a la política y a la
cultura, en gran parte a costa de sus esposas, de los extranjeros
carentes de participación en el gobierno y de los esclavos faltos de
todo derecho.>>
CHILDE, Vere Gordon, Qué sucedió en la historia, Barcelona, Crítica, 2002, pág. 220.