viernes, 3 de junio de 2016

MITO DE CARONTE



Caronte, por Gustave Doré (La divina comedia)

Caronte era hijo de Érebo, dios primordial de la oscuridad, y de Nix, diosa de la noche. Su función mitológica era la de llevar en una barca a los muertos desde el mundo de los vivos al reino de Hades a través del río Aqueronte. Para que el viaje tuviera lugar había que pagar un precio, una moneda de plata -óbolo- que se colocaba bajo la lengua del difunto. Si no se efectuaba el pago, los cadáveres permanecían vagando por las orillas del río esperando hasta que después de cien años Caronte accedía a recogerlas.

Los dioses castigaron a Caronte cuando trasladó en su barca vivo a Heracles (Hércules) en su búsqueda de Cerbero, el monstruo perro de tres cabezas de Hades custodio del Inframundo, para capturarlo. Era el último trabajo de los doce que le impuso como penitencia el oráculo de Delfos a Heracles por matar a su mujer e hijos.

Cerbero, por William Blake

El castigo del barquero Caronte consistió en permanecer encadenado durante un año pero sin descanso en su función de navegar por las lagunas de Aqueronte.

Pero no solo Heracles fue el único personaje vivo que burló el acceso al Hades. Hubo dos más. El primero fue Orfeo, que encandiló con su canto a Cerbero y Caronte para así poder rescatar del infierno a su amada Eurídice, que había muerto por una picadura de víbora escapando del rapto de un rival de Orfeo. Y la segunda fue Psique, la diosa que personifica el alma, que consiguió calmar a Cerbero con un pastel de miel y convencer a Caronte para llegar al Hades y cumplir con el trabajo que le había encomendado Afrodita para recuperar el amor de Eros.