Su filosofía:
La filosofía de Epicuro puede ser claramente dividida en tres partes, la Canónica, que se ocupa de los criterios por los cuales llegamos a distinguir lo verdadero de lo falso, la Física, el estudio de la naturaleza, y la Ética, que supone la culminación del sistema y a la cual se subordinan las dos primeras partes.
Antes de examinar cada una de estas partes podemos afirmar que la
filosofía de Epicuro, en líneas generales, se caracteriza por situarse
en el lado opuesto a la filosofía platónica: afirma que no hay más que
una realidad, el mundo sensible, niega la inmortalidad del alma y afirma
que ésta, al igual que todo lo demás, está formada por átomos, afirma
el hedonismo en la teoría ética y como modo de vida y rechaza el interés
por la política y, frente a la reestructuración de la sociedad que,
afirmaba Platón, era el objetivo del filósofo, prefiere un estilo de
vida sencillo y autosuficiente encaminado a la felicidad en el que la
amistad juega un papel fundamental.
Veamos ahora con más detalle cada una de las partes de la filosofía de Epicuro:
A) La canónica.
La canónica es la parte de la filosofía que examina la forma en la que
conocemos y la manera de distinguir lo verdadero de lo falso.
Según Epicuro la sensación es la base de todo el conocimiento y se
produce cuando las imágenes que desprenden los cuerpos llegan hasta
nuestros sentidos. Ante cada sensación el ser humano reacciona con
placer o con dolor, dando lugar a los sentimientos, que son la base de
la moral. Cuando las sensaciones se repiten numerosas veces se graban en
la memoria y forman así lo que Epicuro denomina las "ideas generales"
(diferentes a las platónicas).
Para que las sensaciones constituyan una base adecuada, sin embargo,
deben estar dotadas de la suficiente claridad, al igual que las ideas, o
de otro modo nos conducirán al error.
Diógenes Laercio, además de las sensaciones, los sentimientos y las
ideas generales, menciona un cuarto proceso de conocimiento: las
proyecciones imaginativas, por las cuales podemos concebir o inferir la
existencia de elementos como los átomos, aunque éstos no sean captados
por los sentidos.
Todos esos aspectos, sin embargo, son sólo los principios que rigen
nuestro modo de conocer la realidad. El resultado de su aplicación nos
lleva a concluir la concepción de la naturaleza que se detalla en la
física, segunda parte de la filosofía epicúrea.
B) La física.
Según la física de Epicuro toda la realidad está formada por dos
elementos fundamentales. De un lado los átomos, que tienen forma,
extensión y peso, y de otro el vacío, que no es sino el espacio en el
cual se mueven esos átomos.
Las distintas cosas que hay en el mundo son fruto de las distintas
combinaciones de átomos. El ser humano, de la misma forma, no es sino un
compuesto de átomos. Incluso el alma está formada por un tipo especial
de átomos, más sutiles que los que forman el cuerpo, pero no por ello
deja el alma de ser material. Debido a ello, cuando el cuerpo muere, el
alma muere con él.
Con respecto a la totalidad de la realidad Epicuro afirma que ésta, como
los átomos que la forman, es eterna. No hay un origen a partir del caos
o un momento inicial. Tal y como leemos en la Carta a Herodoto: "Desde
luego el todo fue siempre tal como ahora es, y siempre será igual."
Toda esta concepción atomista procede claramente de Demócrito, pero
Epicuro no duda en modificar la filosofía de aquel cuando le conviene,
pues no quiere aceptar el determinismo que el atomismo conllevaba en su
forma original. Por ello introduce un elemento de azar en el movimiento
de los átomos, una desviación de la cadena de las causas y efectos con
lo que la libertad queda asegurada.
Este interés por parte de Epicuro en salvaguardar la libertad es fruto
de la consideración de la ética como la culminación de todo el sistema
filosófico al cual se han de subordinar las restantes partes. Estas son
importantes tan sólo en la medida en que son necesarias para la ética,
tercera y última división de la filosofía.
C) La ética.
La ética, como ya se ha dicho, es la culminación del sistema filosófico
de Epicuro: la filosofía como el modo de lograr la felicidad, basada en
la autonomía o autarkeia y la tranquilidad del ánimo o ataraxia. En la
medida en la que la felicidad es el objetivo de todo ser humano, la
filosofía es una actividad que cualquier persona, independientemente de
sus características (edad, condición social, etc.) puede y debe
realizar.
Para exponer la ética de Epicuro podemos fijarnos en dos grandes
bloques. Por un lado todo aquello que su filosofía pretende evitar, que
es, en definitiva, el miedo en sus diversos modos y maneras, y por otro
lado, aquello que se persigue por considerarse bueno y valioso.
La lucha contra las diversos miedos que atenazan y paralizan al ser
humano es parte fundamental de la filosofía de Epicuro; no en vano, ésta
ha sido designada como el "tetrafármaco" o medicina contra los cuatro
miedos más generales y significativos: el miedo a los dioses, el miedo a
la muerte, el miedo al dolor y el miedo al fracaso en la búsqueda del
bien:
- El miedo a los dioses es absurdo, nos dice Epicuro, pues éstos en nada
intervienen en los asuntos humanos y no se mueven por la ira ni la
cólera ni tantos otros sentimientos que comúnmente se les atribuyen. Por
el contrario, los dioses deberían ser un modelo de virtud y de
excelencia a imitar, pues viven en armonía mutua manteniendo entre ellos
relaciones de amistad.
Exhortaciones
"La necesidad es un mal, pero no hay necesidad alguna de vivir con necesidad".
"Nadie, al ver el mal, lo elige, sino que se deja engañar por él, como si fuera un bien respecto a un mal peor".
"Nada es suficiente para quien lo suficiente es poco".
"Lo insaciable no es la panza, como el vulgo afirma, sino la falsa creencia de que la panza necesita hartura infinita".
"Todo el mundo se va de la vida como si acabara de nacer".
"Quien un día se olvida de lo bien que lo ha pasado se ha hecho viejo ese mismo día".
"El que menos necesita del mañana es el que avanza con más gusto hacia él".
"También en la moderación hay un término medio, y quien no da con él es
víctima de un error parecido al de quien se excede por desenfreno".